Nada es más importante que mostrar naturalidad, humildad y entusiasmo al iniciar una reunión o una junta. Evita la prepotencia, muletillas en tu lenguaje, intensificadores y formas dubitativas que pueden generar desconfianza y distracción en tu publico asistente. Nunca olvides que la cortesía es la que cuenta a la hora de proponernos una imagen de buen orador.
Tamen a proposito, inquam, aberramus. Non igitur potestis voluptate omnia dirigentes aut tueri aut retinere virtutem.